domingo, 28 de noviembre de 2010


Mejor dejar que la oleada de amor pase. Que las almas se quiebren dejando lugar a soñozos, gestos y dolores. Mejor sonreir ante la adversidad de las acusaciones, mejor llorar ante brazos sin amor. Mejor volar encima de la tierra que no debajo.

Mejor soñar a ser soñado.

sábado, 20 de noviembre de 2010


La sonrisa que se escapaba de tu tímida boca no salía por miedo ni vergüenza. Tampoco era felicidad.
Necesitaba salir y que todo el mundo se diera cuenta... ella existía... no todo eran sombras y oscuridad.

martes, 9 de noviembre de 2010


Siempre reía cuando recordaba que en mis sueños me perseguías. Recordaba que yo corría por unos montes florecidos y llenos de color, miraba hacia atrás y tu sonrisa iluminaba mis húmedos ojos. Reía por que sabía que eso nunca sería posible y que tu mirada nunca rozaría la mia por muy cerca que estuviese. Reía ya que me extrañaba que mi imaginación volara tan alto como para pensar en ti.
Entonces, por las mañanas, después de aquellos agitados y sonoros sueños, me levantaba como si nada hubiera pasado y me dirigía a vivir una vida sin sentido.

lunes, 1 de noviembre de 2010


“Mañana pasea solo. Te dejo que pienses tranquilo”
A la mañana siguiente a pesar de no haber encontrado los folios con todos sus escritos se fue con el coche como cada día. Por suerte en la radio ese ocho de abril, había un descubrimiento.
Un nuevo y joven autor quería hacerse notar. Los locutores comentaron que era un caso excepcional y que gracias a la maravillosa magia de sus textos iban a leer algunos de ellos.
Uno tras uno empezaron a oírse todas sus historias, cuentos y relatos… todos leídos con esa maravillosa voz que tanto le había acompañado. Ahora, el descubrimiento era suyo. Descubrió que los sueños existían.
Esa mañana, esa bonita y clara mañana, ya no se sentía triste.