martes, 27 de abril de 2010


Las mañanas se me antojan solitarias, las noches se me antojan llenas de negro.
Los peces que corren por los charcos se me antojan imaginarios, intocables.
Las monedas de las fuentes son pequeñas y redondas, deseosas pero prohibidas. Prohibidas... los deseos están en juego ¿quien queire robar deseos? ¿quien es tan descorazonado? ¿quien quiere matar ilusiones?
Los pozos oscuros son ondos, llenos de nada, llenos de vacio, llenos de soledad.
Las lágrimas son humedas, vividoras, caminantes. Las lágrimas son redondas y alargadas, las lágrimas del ayer.
Los gritos son fragiles, se rompen.
La vida es algo, algo diferente.

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