sábado, 15 de mayo de 2010


Digiste que irias a la luna. Que volarias tan alto como tus alas de dejaran. Digiste, también que tocarias las nubes con las manos, que las sentirias deslizándose por tus finos dedos. Me hablaste de tirarte de la torre Eiffel, volver a subir y volver a tirarte. Me contaste que vivirias en el sol, construirias una casa llena de flores, llena de margaritas. Me susurrabas que habitarias en los tejados más altos de Nueva Yok, y que nunca dejarias de soñar. También decias de dormir con los ojos abiertos y de imaginar con el corazón, con el alma. Hablaste tanto que te quedaste sin voz, y te fuiste. Ahora vuelas tan alto que no puedo verte.
Alguien me contó que una noche de verano vio un corazón rojo dibujado en la luna, otra me dijo que el sol cada día brilla con más fuerza, otros me digeron que prohibieron subir a la Torre Eiffel por lanzamientos injustificados. Alguien también me dijo que los tejados de Nueva York están llenos de camas y de lámparas. Otros dijeron que las nubes cada días tienen formas mas raras. Y yo, sé que eres tú.

Hasta siempre soñadora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario